Infeccion en la encia

Las infecciones en la encía, también conocidas como enfermedad periodontal, son una condición común que afecta a millones de personas en todo el mundo.

Se caracteriza por la inflamación y el daño en las encías, lo que puede llevar a problemas más graves como la pérdida de dientes si no se trata adecuadamente.

En este artículo, exploraremos todo lo que necesitas saber sobre la infección en la encía, incluyendo sus causas, síntomas, tratamiento y prevención. Además, te daremos algunos consejos para mantener una buena salud bucal y prevenir futuras infecciones en la encía.

¿Qué causa la infección en la encía?. La infección en la encía es causada principalmente por la acumulación de placa bacteriana en los dientes. La placa es una película pegajosa y transparente de bacterias que se forma constantemente en nuestros dientes.

Si no se elimina adecuadamente, se endurece y se convierte en sarro, lo que puede irritar las encías y causar inflamación.

Además de la falta de higiene bucal adecuada, hay otros factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar una infección en la encía, como:.

- Tabaco: fumar o masticar tabaco puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la inflamación en las encías. - Genética: algunas personas pueden ser más propensas a desarrollar enfermedades periodontales debido a su predisposición genética. - Cambios hormonales: durante el embarazo, la menopausia o el ciclo menstrual, las hormonas pueden afectar la respuesta del cuerpo a las bacterias en la boca. - Enfermedades sistémicas: ciertas enfermedades como la diabetes y el VIH pueden aumentar el riesgo de desarrollar infecciones en la encía. - Medicamentos: algunos medicamentos, como los anticonvulsivos y los bloqueadores de los canales de calcio, pueden afectar la salud de las encías.

¿Cuáles son los síntomas de una infección en la encía?.

Los síntomas de una infección en la encía pueden variar de leves a graves y pueden incluir:.

- Encías enrojecidas, inflamadas o sensibles.

- Encías que sangran fácilmente, especialmente durante el cepillado o el uso del hilo dental.

- Mal aliento persistente o mal sabor en la boca.

- Dientes flojos o separados.

- Dolor al masticar. - Recesión de las encías, lo que hace que los dientes parezcan más largos.

- Absces.